El país que queremos depende del Sistema Educativo
La difícil situación socio-económica que enfrentamos en Venezuela se puede superar. El país que queremos se puede construir con un Sistema Educativo dirigido a fortalecer la calidad de vida de los venezolanos. Hay que destinar un mayor porcentaje del Presupuesto Nacional a la Educación, que conjuntamente con el Trabajo, constituyen los dos elementos esenciales para la consecución de los fines esenciales de un Estado Moderno. Si queremos ser un mejor país cada año, tenemos que ser mejores en Educación. Los recursos que se inviertan en los estudiantes garantizan mejores ciudadanos y mayor movilidad social de la población. La educación integral de calidad debe ser el camino para que los ciudadanos alcancen mayor bienestar social para ellos y su entorno familiar. Para lograrlo, el Modelo Económico del Estado debe garantizar oportunidades de trabajo bien remuneradas. La educación no puede seguir siendo una fábrica de desempleados en una Nación que se ufana de un Modelo Económico destinado al fracaso. Los jovenes no pueden tener como escenario futuro y cierto el de vivir sin poder trabajar a lo largo de su vida. La falta de trabajo productivo es dramática para algo mas del 60% de la población venezolana.
La principal fuente igualadora de oportunidades en Venezuela ha sido tradicionalmente la educación. Una educación que, ahora por mandato constitucional, debe ser una "educación integral de calidad", debe ser hoy más que nunca abanico de oportunidades que nivele la calidad de vida de sus ciudadanos hacia arriba, reforzando más las posibilidades de quienes nacieron en desventaja y pobreza familiar. El deseo de tener un mejor país debe ser el compromiso público de toda la sociedad democrática por una educación integral de calidad para todos. Estamos urgidos de la presencia de un Estado democrático, con un gobierno elegido para cumplir con un efectivo financiamiento educativo a todos por igual, aunado a una Sociedad en donde reine una cultura productiva enemiga de la cultura parasitaria de la renta de distribución estatista-partidista. La vía para tener un mejor país no depende de un "milagro" sino del esfuerzo conjunto de todos los venezolanos que crean en una educación integral de calidad que desemboque en el nacimiento de empresas y de trabajo productivo.
Además, una "educación integral de calidad", no debe estar planteada desde un pensamiento único sino que debe garantizar la capacitacion de los ciudadanos en la pluralidad del pensamiento, formando un ciudadano crítico con criterio propio.
La principal fuente igualadora de oportunidades en Venezuela ha sido tradicionalmente la educación. Una educación que, ahora por mandato constitucional, debe ser una "educación integral de calidad", debe ser hoy más que nunca abanico de oportunidades que nivele la calidad de vida de sus ciudadanos hacia arriba, reforzando más las posibilidades de quienes nacieron en desventaja y pobreza familiar. El deseo de tener un mejor país debe ser el compromiso público de toda la sociedad democrática por una educación integral de calidad para todos. Estamos urgidos de la presencia de un Estado democrático, con un gobierno elegido para cumplir con un efectivo financiamiento educativo a todos por igual, aunado a una Sociedad en donde reine una cultura productiva enemiga de la cultura parasitaria de la renta de distribución estatista-partidista. La vía para tener un mejor país no depende de un "milagro" sino del esfuerzo conjunto de todos los venezolanos que crean en una educación integral de calidad que desemboque en el nacimiento de empresas y de trabajo productivo.
Además, una "educación integral de calidad", no debe estar planteada desde un pensamiento único sino que debe garantizar la capacitacion de los ciudadanos en la pluralidad del pensamiento, formando un ciudadano crítico con criterio propio.
Importantes voceros de la sociedad venezolana lo han afirmado, como es el caso del cardenal Jorge Urosa Savino quien ha asegurado: “No podemos tener una educación entubada en un pensamiento único, sino una educación que capacite a la persona para tener una actitud crítica, para decidir por su propia libertad; se trata de proporcionar a los muchachos de Venezuela de instrumentos para triunfar en la vida como personas humanas, solidarias, que tengan un servicio de patria no excluyente sino incluyente de todos y que puedan realmente desarrollar todas sus capacidades”.
El Cardenal exaltó la labor educativa que realiza la Iglesia a través de instituciones en las que facilita una educación de calidad basada en los principios de la verdad y el respeto al prójimo.
“Se debe educar para la libertad, la responsabilidad, para la trascendencia y la religión, todo eso es importante si queremos tener un mundo mejor y un futuro luminoso para Venezuela” ha aseverado el alto prelado.
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