lunes, 18 de agosto de 2014

EL AISLAMIENTO DEL DOCENTE VENEZOLANO.


      La Venezuela actual se ha convertido en un país en el que no se importan libros, con lo cual el descalabro del sistema educativo y los niveles de actualización de las universidades nacionales, están cada día más alejadas de las realidades y avances que tienen lugar en otras naciones de América Latina. Igualmente, la falta de disponibilidad de boletos para destinos internacionales es otro factor que incidirá en la calidad educativa. Los docentes resienten los problemas suscitados con las líneas aéreas por la falta de autorización para convertir y repatriar, a sus casas matrices, los dividendos en dólares.   
      Para un profesor adquirir e intercambiar conocimientos con sus homólogos de otros países es fundamental. Una de las vías para la actualización del saber es poder aprender de otros, viajar para formarse en una universidad extranjera, integrar grupos internacionales de trabajo, presenciar la ejecución de nuevas técnicas y conocer la tecnología e investigaciones de punta que utilizan en otros países en  las diferentes áreas. Pero, así como no pueden salir los docentes al exterior, tampoco pueden invitar a figuras del ámbito académico o investigadores de talla mundial porque no hay boletos o los disponibles son extremadamente costosos para las universidades patrias.
      Tanto, la nula importación de libros como la imposiblidad de viajar los docentes al exterior repercutirá en, poco tiempo, en la calidad de la formación de los estudiantes. Un profesor actualizado y al tanto de los avances en las investigaciones, que tenga acceso a lo más recientemente publicado en su campo de trabajo o haya compartido con investigadores, observado técnicas y logros, contará con una preparación más valiosa para compartir con sus estudiantes.  

      La videoconferencia a través de Skype es la alternativa de la que están echando mano algunos docentes universitarios para no quedar aislados totalmente  por la falta de boletos para viajar a reuniones, mesas de trabajo, congresos o conferencias. Por el constante avance científico y tecnológico los docentes venezolanos deberían participar, por que de otra manera se quedarán atrás. Al docente nacional le está resultando casi imposible asistir como expositor o asistente a los eventos internacionales. En poco tiempo, se estará ante una suerte de reciclaje del saber entre los docentes nacionales, intercambiando conocimientos en un círculo vicioso, degenerativo. Las herramientas tecnológicas son muy útiles, pero nunca llegarán a compararse con la experiencia vivencial.  

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