La misión
de un Sistema Educativo no solo debe ser formar profesionales. Un Sisterma Educativo
no solo debe centrarse como modelo informativo de enseñanza sino que debe
formar ciudadanos integrales, responsables, éticos.
La crisis educativa de muchos de los Sistemas
Educativos actuales está enraizada en la copia sin criterio de modelos que
están sustentados en una corriente dominada por la demanda del mercado. Desde
hace unas décadas, en Europa comenzó a gestarse el movimiento que ha
desembocado en este paradigma que persigue un Sistema Educativo al servicio del
mundo económico, del mundo empresarial.
Una minuciosa
mirada a la opinión ciudadana en los medios de comunicación, a las promesas políticas,
y a las propuestas de reformas educativas para observar con nitidez como se le
ha adjudicado al Sistema Educativo un objetivo
fundamental: Convertirse en el soporte empresarial. Sino, veanse los informes
de la European Round Table donde se dice explícitamente que “la educación debe ser considerada como un
servicio prestado al mundo económico” , para comprender el encasillamiento
que se le ha dado a la misión de los Sistemas Educativos vigentes.
Una cuestión es adaptarse a los cambios
tecnológicos y formar parte del mundo globalizado, que obligan a una permanente
actualización de métodos y planes de estudio, y otra cosa, muy distinta, es
cambiar la misión del Sistema. El Sistema Educativo europeo posee muchos
aspectos positivos, entre los que destaca la educación centrada en el
estudiante; pero ese aspecto obliga a reducir el tamaño de las aulas, e
inmediatamente aparece uno de los mayores obstáculos que no es otro que el
financiamiento del Sistema. La disminución de los años de las carreras de
pregrado puede tener sentido en Europa, pero en América Latina y el Caribe,
donde el estudiante llega con grandes carencias, se necesitaría pensarlo y
repensarlo.
Cuando se enuncia como misión del Sistema
Educativo el de formar profesionales para el desarrollo económico de la nación y
se afirma que se garantizará la incorporación de los nuevos profesionales al
mundo laboral, uno de los indices reveladores de la calidad educativa, se esta privilegiano
a una educación “formadora de profesionales calificados” en perjuicio de una educación formativa, con su
ejercicio reiterado y consecuente de los valores. La sociedad
está marcada actualmente por una profunda crisis moral que se evidencia en el
imperio de la violencia y de otros vicios no menos escandalosos como las drogas.
Por tal razón, el Sistema Educativo que se requiere debe tener como misión
principal la formación integral de un ciudadano con valores y competencias
profesionales que garanticen un desempeño
eficiente en contextos específicos de la vida diaria.
No deja de alarmar como el avance del
objetivo “adquirir conocimientos para el desarrollo de competencias que ayuden
al desempeño laboral” este desplazando al objetivo “desarrollo integral del
individuo”, con lo que se le está negando a la sociedad la formación del
individuo necesario para salir de su crisis moral.
Por lo tanto, la misión ideal de un Sistema
Educativo debe estar centrada en la “producción” de profesionales altamente
calificados exhibidores de un altísimo ejercicio,
reiterado y consecuente, de los valores morales
que la sociedad demanda para ser menos vulnerable.
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