LA DESERCION DOCENTE EN VENEZUELA.
Venezuela, es el único
lugar del mundo que gradúa bachilleres sin que hayan cursado Matemática, Física y Química, simplemente, porque no
hay profesores. Les promedian las notas de las otras asignaturas y ésa es la calificación
que obtienen.
¿Pero quién quiere ser docente en Venezuela?
Nadie, por que la remuneracion de aquellos que trabajan en educación no es suficiente
ni para mantener una pequeña familia. Por eso, quienes todavía se dedican a la
docencia en Venezuela son reconocidos como “mártires de la educación”, “forjadores del
futuro”, “primeros ciudadanos del país”, “creadores de la patria grande” y pare
Usted de mencionar los epítetos que le endosa la colectividad.
Ante la crisis, el Ministro del Poder
Popular para la Educación, Héctor Rodríguez, realizó un llamado a los docentes jubilados para que cubran el
déficit. De no haber respuesta, el próximo llamado sería para la milicia bolivariana, con lo que se concretaría un gran “fraude docente".
Ante el secretismo del Estado, en
Venezuela no se sabe cuántos estudiantes desertan del sistema escolar;
tampoco el número de docentes que abandonan sus cargos para incursionar en
otras actividades. No hay unidad de criterios para determinar la cifra ni la
calidad de los docentes que el país requiere hoy, mucho menos la que requerirá
en un plazo de cinco o diez años.
¿Porqué renuncian los docentes? Los maestros y profesores que por convicción entran
en conflicto con el Subsistema de Educación Básica, no tienen más salida que
renunciar. Lo hacen los pedagógicamente competentes y un menor número de
incompetentes. Al educador no se le reconoce el estatus social que le
corresponde. Se le otoga un salario que no logra cubrir el costo real de la Cesta Básica Familiar. Se le hace imposible que con su bajo sueldo pueda adquirir vivienda o acceder a servicios, artículos y equipos que le permitan disfrutar de un mejor nivel de calidad de vida. Ante tanta angustia socioeconómica, decide abandonar su profesión o bien, la ejerce rutinariamente
sin pasión. Ello implica que en el futuro, los padres confiaran sus hijos a docentes
improvisados, “docentes piratas” quienes ejerceran la labor educativa, sin compromiso, conocimiento ni entusiasmo, en desmedro de la calidad.
Pero, ¿Cómo se llegó a este debacle en
Venezuela? Entre otras causas, gracias a que el Estado dejó de
lado la Carrera Docente. Propició el irrespeto de los mecanismos legales e
institucionales que normaban el ingreso, evaluación y ascenso de los docentes para
dar paso a mecanismos discrecionales. Hoy cerca del 60% de los docentes es
interino, con el caracter de contratado, y aunque no hay datos oficiales se
estima que más del 80% de los directivos de las instituciones escolares también
están encargados al ser eliminados los Concursos. El Estado abandonó el camino
que comenzó a trazar en la década de los 90’ con la producción del Reglamento
del Ejercicio de la Profesión Docente, que aun con todos sus defectos, era un
punto de partida para avanzar hacia mecanismos institucionales y de mérito para
aumentar las probabilidades de que los mejores docentes ingresaran a las
instituciones escolares y ascendieran a cargos directivos. La discrecionalidad
en la asignación de cargos trajo consigo la discriminación por universidad de
origen. Los egresados de universidades afectas a las posiciones políticas del
Gobierno tuvieron tratamiento preferencial y los egresados de universidades
autónomas y pedagógicos vieron cerradas las puertas al mercado de trabajo. Se
impuso la "Cultura Revolucionaria" en la que para ser docente no se
requieren méritos académicos o profesionales, sino ser “amigo de”,
“estar inscrito en”, “tener
el curso formación política en”, “ser egresado de”, en lugar de demostrar que “eres capaz de”.
En
Venezuela la escuela se hunde en el atraso y se aleja de la Revolución
Tecnológica del siglo XXI. Así estudiantes
y docentes se desconectan de los avances para ocuparse de detalles caseros: Se repiten
una y mil los examenes hasta que aprueben los estudiantes; se cuentan faltas e
inasistencias de los docentes a actividades proselitistas; se asignan notas en
materias sin docentes; se regatean los méritos; se adoctrina con un pensamiento único. El trance que afecta al Sistema Educativo
va mucho más allá de las cifras que soportan la supuesta calidad de la educación
venezolana, presentadas orgullosamente por una ideología improductiva.
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