lunes, 15 de septiembre de 2014

LA DESERCION DOCENTE EN VENEZUELA.

LA DESERCION  DOCENTE EN VENEZUELA.
     Venezuela, es el único lugar del mundo que gradúa bachilleres sin que hayan cursado Matemática, Física y Química, simplemente, porque no hay profesores. Les promedian las notas de las otras asignaturas y ésa es la calificación que obtienen.
     ¿Pero quién quiere ser docente en Venezuela? Nadie, por que la remuneracion de aquellos que trabajan en educación no es suficiente ni para mantener una pequeña familia. Por eso, quienes todavía se dedican a la docencia en Venezuela son reconocidos como “mártires de la educación”, “forjadores del futuro”, “primeros ciudadanos del país”, “creadores de la patria grande” y pare Usted de mencionar los epítetos que le endosa la colectividad.     
      Ante la crisis, el Ministro del Poder Popular para la Educación, Héctor Rodríguez, realizó un llamado a los docentes jubilados para que cubran el déficit. De no haber respuesta, el próximo llamado  sería para la milicia bolivariana, con lo que se concretaría un gran “fraude docente".  
     Ante el secretismo del Estado, en Venezuela no se sabe cuántos estudiantes desertan del sistema escolar; tampoco el número de docentes que abandonan sus cargos para incursionar en otras actividades. No hay unidad de criterios para determinar la cifra ni la calidad de los docentes que el país requiere hoy, mucho menos la que requerirá en un plazo de cinco o diez años.
     ¿Porqué renuncian los docentes? Los maestros y profesores que por convicción entran en conflicto con el Subsistema de Educación Básica, no tienen más salida que renunciar. Lo hacen los pedagógicamente competentes y un menor número de incompetentes. Al educador no se le reconoce el estatus social que le corresponde. Se le otoga un salario que no logra cubrir el costo real de la Cesta Básica Familiar. Se le hace imposible que con su bajo sueldo pueda adquirir vivienda o acceder  a servicios, artículos y equipos que le permitan disfrutar de un mejor nivel de calidad de vida. Ante tanta angustia socioeconómica, decide abandonar su profesión o bien, la ejerce rutinariamente sin pasión. Ello implica que en el futuro, los padres confiaran sus hijos a docentes improvisados, “docentes piratas” quienes ejerceran la labor educativa, sin compromiso, conocimiento ni entusiasmo, en desmedro de la calidad.     
       Pero, ¿Cómo se llegó a este debacle en Venezuela?  Entre otras causas, gracias a que el Estado dejó de lado la Carrera Docente. Propició el irrespeto de los mecanismos legales e institucionales que normaban el ingreso, evaluación y ascenso de los docentes para dar paso a mecanismos discrecionales. Hoy cerca del 60% de los docentes es interino, con el caracter de contratado, y aunque no hay datos oficiales se estima que más del 80% de los directivos de las instituciones escolares también están encargados al ser eliminados los Concursos. El Estado abandonó el camino que comenzó a trazar en la década de los 90’ con la producción del Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, que aun con todos sus defectos, era un punto de partida para avanzar hacia mecanismos institucionales y de mérito para aumentar las probabilidades de que los mejores docentes ingresaran a las instituciones escolares y ascendieran a cargos directivos. La discrecionalidad en la asignación de cargos trajo consigo la discriminación por universidad de origen. Los egresados de universidades afectas a las posiciones políticas del Gobierno tuvieron  tratamiento  preferencial y los egresados de universidades autónomas y pedagógicos vieron cerradas las puertas al mercado de trabajo. Se impuso la "Cultura Revolucionaria" en la que para ser docente no se requieren méritos académicos o profesionales, sino ser “amigo de”,  “estar inscrito en”,  “tener el curso formación política en”, “ser egresado de”, en lugar de demostrar que “eres capaz de”.    
       En Venezuela la escuela se hunde en el atraso y se aleja de la Revolución Tecnológica del siglo XXI.  Así estudiantes y docentes se desconectan de los avances  para ocuparse de detalles caseros: Se repiten una y mil los examenes hasta que aprueben los estudiantes; se cuentan faltas e inasistencias de los docentes a actividades proselitistas; se asignan notas en materias sin docentes; se regatean los méritos; se adoctrina con un pensamiento único. El trance que afecta al Sistema Educativo va mucho más allá de las cifras que soportan la supuesta calidad de la educación venezolana, presentadas orgullosamente por una ideología improductiva.  

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