LA TEORIA DE LA NO REPITENCIA EN EL SISTEMA EDUCATIVO
ARGENTINO.
La flexibilización del
Sistema de Evaluación Estudiantil está
llegando al Sistema Educativo de la República Argentina. Ya ésta fue acordada en el Consejo Federal de
Educación en el año 2009 y se aplicará en la provincia de Buenos Aires a partir
del año 2015. Provincias como Córdoba, Entre Ríos y Tucumán ya la están
aplicando. Pronto, podría aplicarse a todos los distritos argentinos.
Lo curioso del caso argentino es que flexibilizan el Sistema de Evaluación
Estudiantil, tal vez como una acción política, sin argumentar que están
aplicando la novedosa Teoría Pedagógica de la No Repitencia (NR), lo cual
haría disminuir la resistencia a su aplicación.
Esta
medida gubernamental ya ha sido objetada por los Docentes, pedagogos,
opositores y particulares. No justifican la flexibilización de las exigencias
de aprendizaje en la escuela primaria. Por el contrario, piensan que tiene que
haber más exigencia. Esgrimen que con la aplicación de la teoría de la no
repitencia se acaba con el concepto de responsabilidad. Ademas, la flexibilización del Sistema de Evaluación Estudiantil se hace impopular por la matriz de opinión que sostiene que el Sistema Educativo argentino lo que persigue es la "promoción social", en el que los estudiantes pasan de curso por motivos sociales aunque no hayan alcanzado los objetivos educativos.
Lo cierto es que la teoría de la no repitencia viene a modificar el sistema de
calificación, evaluación y promoción escolar argentino. En el anexo de la
norma, acordada en el Consejo Federal de Educación, se establecen notas
Cuantitativas de Cuarto a Sexto año: La nota más baja será 4 y la más alta de
10, y de Primero a Tercer año, las calificaciones pasan a ser Cualitativas: Muy
Bueno, Bueno y Regular. El resultado: No hay repitencia de Primero a Tercer año
ni de Cuarto a Sexto año, ya que la nota que asegura la promoción en los tres últimos
años quedó muy por debajo de la media universal de 5 puntos: Únicamente aplazan
los estudiantes con calificación de 1, 2 o 3 puntos.
La teoría de la no repitencia tiene como propósito disminuir
los índices de deserción escolar temprana. Debe ser tomada con seria atención, como una de las tantas formas de ser amorosos y respetuosos con el ritmo evolutivo de los niños. Toda institución educativa tiene el deber no sólo de proponer e incluir el proceso de adaptación a cada año escolar en sus planificaciones anuales, sino también el de informar a los padres los beneficios y el por qué se está haciendo este proceso. Con su aplicación se garantiza
la permanencia del escolar en el Sistema y que los porcentajes de inclusión
o acceso universal a la educación iniciales se mantengan a lo largo del tiempo.
Desde el punto de vista pedagógico se aduce como beneficio, el hacer a la
escuela más amigable y menos estresante para los niños. Igualmente, se alega,
que hace que los niveles de exigencia y responsabilidad se hagan progresivos,
casi al mismo ritmo al que los niños van alcanzando su madurez. Aquí cabe
recordar un texto del exitoso
escritor Timothy Gallaway, considerado por muchos como el Padre del Coaching moderno: “Cuando
plantamos un rosal, vemos que pasa mucho tiempo durmiendo bajo la tierra, pero
nadie se atreve a criticarlo diciendo: -Tú no tienes raíces profundas- o -Te
falta entusiasmo en tu relación con el campo-. Por el contrario, lo tratamos
con paciencia, agua y abono. Cuando la semilla se transforma en plantón, a
nadie le pasa por la cabeza condenarlo por frágil, inmaduro, o por ser incapaz
de ofrecernos las rosas que esperamos. Todo lo contrario: nos maravillamos con
el proceso del nacimiento de las hojas, después los capullos, y, cuando las
flores aparecen, nuestro corazón se llena de alegría. Sin embargo, la rosa es la rosa desde que
sembramos la semilla hasta que, pasado su esplendor, se marchita y muere. En
cada etapa: semilla, brote, capullo, flor, expresa lo mejor de sí. También
nosotros, en nuestro crecimiento y constante mutación, pasamos por diversas
etapas: tenemos que aprender a reconocerlas en lugar de criticar la lentitud de
nuestros cambios”. La teoría de la no repitencia hace que el educar sea un
proceso progresivo, continuo, oportuno y exitoso, por que se basa en el
desarrollo de las potencialidades del individuo. Esta teoría, por lo tanto, fomenta el aprendizaje integral a través de la exploración y la creatividad como caminos
para producir conocimiento útil que valore la vida y el bienestar colectivo.
Con la aplicación de la teoría de la no
repitencia se abandona la vieja escuela fundamentada en una educación meramente
informativa y se da un gran paso hacia la escuela formativa basada en una
educación en valores y competencias. Por lo tanto, al docente se le exige dejar aun lado el paradigma
que concibe a la educación como un proceso que gira en torno a la Instrucción
orientada por la Evaluación para que adopte el nuevo paradigma en el cual la
educación se ve como un proceso formativo orientado por aprendizajes palpables en
la práctica de valores y competencias, ajenos a la presión de las
calificaciones cuantitativas, ya que no importa saber, por ejemplo, cuanta nota
tiene un estudiante en Solidaridad, lo importante es que haya internalizado ese
concepto, que premiará el docente cada vez que
el estudiante sea capaz de ponerlo en práctica en la escuela.
La teoría de la no repitencia de ninguna manera flexibiliza las exigencias de aprendizaje en la escuela primaria. Por ejemplo, el tercer grado lo tiene como un punto de inflexión para los estudiantes, ya que en este grado los estudiantes dejan de "aprender a leer" para "leer para aprender". En otras palabras, exige que el estudiante en tercer grado lea a la perfección ya que la lectura, a partir de este grado, deja de ser un tema de estudio para convertirse en una herramienta.
La teoría de la no repitencia elimina cualquier estrés en el pequeño estudiante derivado de elevar los requisitos por pasar de curso. En lugar de esa presión, aparecen más oportunidades para que los niños alcancen los objetivos. Ademas, no debe olvidarse que repetir es duro para los niños y las familias y aumenta los gastos en educación.
La teoría de la no
repitencia ayudará a los estudiantes
del presente, a prepararse mejor para el mundo incierto que les espera, a través
de tres (3) enseñanzas básicas:
1.
Capacidad de Adaptación: Que los niveles de exigencia y responsabilidad en el rendimiento
académico se hagan progresivos, casi al mismo ritmo al que los niños
van alcanzando su madurez permitirá que los estudiantes
desarrollen la capacidad de ajustarse a
diferentes entornos y condiciones, sobre todo ahora, que las ciudades,
trabajos, tecnologías o instituciones, todo cambia cada vez más rápido. Ser
flexibles en la evaluación sin perder su esencia y enseñar a los estudiantes a
recuperarse de las adversidades les ayudará a apreciar las oportunidades de
aprendizaje y los aspectos positivos que presenta cada nueva situacion
formativa, la cual visualizará como un reto a su inteligencia. La simplicidad
de las evaluaciones cuantitativas resulta muy poco útil en este mundo que
vivimos, que requiere de individuos que le pongan más pasión a lo que hacen.
Imagínemos cómo será dentro de diez años.
2.
Conciencia de Uno Mismo. Acudir con alegría a la escuela genera pensamientos que
conformaran, sin "darnos cuenta", nuevos patrones mentales que nos
harán asumir con responsabilidad nuestras conductas o acciones. La escuela se
convierte en el espacio que nos permitirá conocernos para entendernos, y desde
allí, relacionarnos mejor. Es una habilidad que se refina con los años, pero
que los niños pueden aprender con la convivencia escolar y con el ejemplo en
casa. Hay que ser coherentes en la escuela y en el hogar. La coherencia puede
ser la diferencia entre adultos frustrados o plenamente realizados.
3. Sentido a la Vida. La escuela, al generar pensamientos que conformarán
el patron mental del estudiante, también le enseña que el sentido de sus
acciones está ligado al propósito de su vida. El estudiante se forma sintiendo
que una vida con mejor salud física y mental esta directamente relacionada con una
vida con sentido, con una sana autoestima y con una mayor resiliencia,
entendida esta última, como la
capacidad de sobreponerse a las adversidades. La teoría de la no repitencia esta diseñada para la escuela del siglo XXI, la cual se debe ocupar más de la esencia humana y menos
de la académica, hasta lograr su equilibrio. El mensaje del líder pacifista
Martín Luther King invita a la reflexión a quienes tienen responsabilidades
formadoras: “Cuando nos fijamos en el hombre moderno, tenemos que enfrentar el
hecho de que el hombre moderno sufre de un tipo de pobreza de espíritu, que
está en flagrante contraste con su abundancia científica y tecnológica. Hemos
aprendido a volar en el aire como los pájaros, hemos aprendido a nadar los
mares como los peces... y sin embargo, no hemos aprendido a caminar sobre la
Tierra como hermanos y hermanas”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario