DEL ESTADO DOCENTE IDEOLOGIZANTE AL ESTADO DOCENTE FORMADOR.
El artículo 5 de la Ley Orgánica de Educación consagra al Estado venezolano como un Estado Docente.
De allí, que el Estado venezolano sea la expresión rectora en Educación. Por lo
tanto, a través de sus políticas educativas asume la educación como un derecho humano universal y deber social fundamental, inalienable, irrenunciable y como servicio
público. El Estado docente declara regirse por los principios de integralidad,
cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad. En las
instituciones educativas oficiales el Estado garantiza la idoneidad de los
trabajadores de la educación, la infraestructura, la dotación y equipamiento,
los planes, programas, proyectos, actividades y los servicios que aseguren a
todos los ciudadanos igualdad de
condiciones y oportunidades, y la promoción de la participación protagónica y
corresponsable de las familias, la comunidad educativa y las organizaciones
comunitarias, de acuerdo con los principios que rigen la Ley Orgánica de Educación. El Estado Docente también asegura el cumplimiento
de estas condiciones en las instituciones educativas privadas autorizadas.
En consecuencia, el Estado Docente garantiza que el derecho a la educación integral de calidad para todos sus ciudadanos se cumpla en términos de equidad, lo que implica compensar las desventajas de los más pobres para que las diferencias de origen no se conviertan en desigualdades. Para ello, el Estado Docente debe ser eficaz en el cumplimiento de los derechos esenciales de todos, en especial de los que cuentan con menos posibilidades y poder.
Sin embargo, existen dos enemigos que ponen en peligro la supervivencia del Estado Docente. El primero, es la tesis del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, sobre el Estado Docente Ideologizante: “El Estado interviene, por derecho propio, en la organización de la educación del país, y orienta, según su doctrina política, esa educación. Depende la orientación de una escuela de la orientación política del Estado. Si el Estado es nazista, la escuela es nazista. Si el Estado es falangista, la escuela es falangista. Y si el Estado es democrático, la orientación de la escuela necesariamente tiene que ser democrática”. El maestro Prieto Figueroa reafirma su tesis del Estado Docente Ideologizante en una conferencia dictada en la escuela normal Miguel Antonio Caro (agosto 1946), en los siguientes términos: “Todo Estado responsable y con autoridad real asume como función suya la orientación general de la educación. Esa orientación expresa su doctrina política y en consecuencia, conforma la conciencia de los ciudadanos”. Vista así, la educación se convierte en instrumento de manipulación y dominio político, en mero vehículo adoctrinante. No extraña por lo tanto, que el gobierno no titubeara en utilizarla como vía segura para afianzar su Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.
El segundo enemigo, es el Estado Ineficiente, sobre todo aquel que confunda proclamas con realidades; cantidad con calidad; que considere la crítica como traición; que decida unilateralmente el uso de los recursos que pertenecen a todos olvidando que no es dueño del presupuesto, sino simple administrador, actividad que por lo demás debe realizar con eficiencia, equidad y transparencia; que premie o castigue a los que sigan o no sigan sus políticas particulares; que haga de la corrupción una política de Estado; que fomente la violencia y la inseguridad para atemorizar y reducir a la población; y que imponga un modelo económico fracasado que solo trae la ruina del país. Un Estado Ineficiente con estas características convertirá al Estado Docente en una tragedia para todos, en especial para los más pobres.
En consecuencia, el Estado Docente garantiza que el derecho a la educación integral de calidad para todos sus ciudadanos se cumpla en términos de equidad, lo que implica compensar las desventajas de los más pobres para que las diferencias de origen no se conviertan en desigualdades. Para ello, el Estado Docente debe ser eficaz en el cumplimiento de los derechos esenciales de todos, en especial de los que cuentan con menos posibilidades y poder.
Sin embargo, existen dos enemigos que ponen en peligro la supervivencia del Estado Docente. El primero, es la tesis del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, sobre el Estado Docente Ideologizante: “El Estado interviene, por derecho propio, en la organización de la educación del país, y orienta, según su doctrina política, esa educación. Depende la orientación de una escuela de la orientación política del Estado. Si el Estado es nazista, la escuela es nazista. Si el Estado es falangista, la escuela es falangista. Y si el Estado es democrático, la orientación de la escuela necesariamente tiene que ser democrática”. El maestro Prieto Figueroa reafirma su tesis del Estado Docente Ideologizante en una conferencia dictada en la escuela normal Miguel Antonio Caro (agosto 1946), en los siguientes términos: “Todo Estado responsable y con autoridad real asume como función suya la orientación general de la educación. Esa orientación expresa su doctrina política y en consecuencia, conforma la conciencia de los ciudadanos”. Vista así, la educación se convierte en instrumento de manipulación y dominio político, en mero vehículo adoctrinante. No extraña por lo tanto, que el gobierno no titubeara en utilizarla como vía segura para afianzar su Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.
El segundo enemigo, es el Estado Ineficiente, sobre todo aquel que confunda proclamas con realidades; cantidad con calidad; que considere la crítica como traición; que decida unilateralmente el uso de los recursos que pertenecen a todos olvidando que no es dueño del presupuesto, sino simple administrador, actividad que por lo demás debe realizar con eficiencia, equidad y transparencia; que premie o castigue a los que sigan o no sigan sus políticas particulares; que haga de la corrupción una política de Estado; que fomente la violencia y la inseguridad para atemorizar y reducir a la población; y que imponga un modelo económico fracasado que solo trae la ruina del país. Un Estado Ineficiente con estas características convertirá al Estado Docente en una tragedia para todos, en especial para los más pobres.
Bajo ese ambiente desolador, el Estado Ineficiente hace suyo el concepto de Estado Docente Ideologizante de Luis Beltrán Prieto Figueroa, y arrecia la utilización de la educación como vehículo para que la educación tenga fines partidistas o
para que imponga determinada ideología. El Estado Ineficiente olvida que el Estado Docente esta llamado a fomentar el papel de la sociedad
como corresponsable de la educación integral de calidad para todos sus
ciudadanos, y como veedora o contralora de sus derechos mediante unas políticas
públicas honestas y eficientes, garantizando una gestión eficiente y
transparente, con estrecha vigilancia sobre la corrupción y sobre los políticos
y burócratas.
El Estado Docente en Venezuela, por lo tanto, esta llamado a evolucionar (no a revolucionar) para pasar de un Estado Docente Ideologizante a un Estado Docente Formador que más que educar, forme; más que ideologizar, libere y más que adoctrinar, no castre. Esa evolución a Estado Docente Formador en valores y competencias convertirá el derecho a la educación en un derecho de todos los ciudadanos no a cualquier educación sino a una educación integral de calidad. Un Estado Docente Formador que estará consciente que una pobre educación para los pobres reproduce la pobreza y que una educación de baja calidad en vez de contribuir a democratizar la sociedad, agudiza las diferencias, agigantando las desigualdades.
Este nuevo Estado Docente, formará en libertad y en el amor a la justicia y a la ley para enseñar a los venezolanos a vivir socialmente en libertad y en paz. El Estado Docente Formador apoyará
las iniciativas sociales que busquen participar en la formación del profesional humanizado que la sociedad necesita: Con competencias y valores arraigados; promoverá el
derecho de las familias a que sus hijos reciban una educación acorde con sus
creencias en respeto a la Pluralidad y a la Diversidad; y será ejemplo de
aquellos valores y actitudes que pregonan la Constitución y la Ley Orgánica de
Educación como son la democracia, la participación, la inclusión, la honestidad,
el respeto, la transparencia, la tolerancia, el diálogo, la colaboración, la justicia
y la igualdad.
El Estado Docente Formador tiene como sus ideas de orientación filosófica y sociológica, las siguientes:
a. En toda Sociedad, la educación sirve a elevados fines sociales, por lo que le corresponde a ella fijar sus propias metas conjuntamente con el Estado y la Familia. Es a este Trípode que le corresponde fijar los fines de la educación del país. El Estado, la Familia y la Sociedad intervienen, por derecho propio, en la organización y orientación de la educación.
b. La educación como función del Estado, la Familia y la Sociedad, se centrará en la formación de los ciudadanos en valores y competencias.
d. La escuela no puede ser un organismo aislado dentro de la Nación, sino que su acción debe estar coordinada para contribuir y reforzar los fines del Estado bajo la orientación y supervisión de la Familia y la Sociedad, como garantía de unidad del proceso educativo y para impedir que el Estado utilice a la educación como instrumento de manipulación y de dominio político ni como vehículo expreso para el adoctrinamiento.
c. El Estado garantiza la formación de los docentes en instituciones especializadas de tal manera que se conviertan en ejecutores de una educación integral de calidad.
d. Al Estado, la Familia y la Sociedad les corresponde fijar las normas generales dentro de las cuales la libertad de enseñanza tenga cabida.
e. El Estado promoverá y respetará el derecho de la Sociedad y las Familias a que sus hijos reciban una educación acorde con sus creencias en respeto a la Pluralidad y a la Diversidad.
f. Si bien la educación es una responsabilidad eminentemente pública, el Estado promoverá las iniciativas sociales que busquen participar en la formación del profesional humanizado que la sociedad necesita: Con competencias y valores arraigados.
g. El Estado es el garante del acceso universal a la educación, de la adecuada infraestructura y dotación de las escuelas y de la formación de los mejores ciudadanos como docentes bien remunerados. La Familia y la Sociedad orientarán y supervisarán el logro de estas metas.
El Estado Docente Formador tiene como sus ideas de orientación filosófica y sociológica, las siguientes:
a. En toda Sociedad, la educación sirve a elevados fines sociales, por lo que le corresponde a ella fijar sus propias metas conjuntamente con el Estado y la Familia. Es a este Trípode que le corresponde fijar los fines de la educación del país. El Estado, la Familia y la Sociedad intervienen, por derecho propio, en la organización y orientación de la educación.
b. La educación como función del Estado, la Familia y la Sociedad, se centrará en la formación de los ciudadanos en valores y competencias.
d. La escuela no puede ser un organismo aislado dentro de la Nación, sino que su acción debe estar coordinada para contribuir y reforzar los fines del Estado bajo la orientación y supervisión de la Familia y la Sociedad, como garantía de unidad del proceso educativo y para impedir que el Estado utilice a la educación como instrumento de manipulación y de dominio político ni como vehículo expreso para el adoctrinamiento.
c. El Estado garantiza la formación de los docentes en instituciones especializadas de tal manera que se conviertan en ejecutores de una educación integral de calidad.
d. Al Estado, la Familia y la Sociedad les corresponde fijar las normas generales dentro de las cuales la libertad de enseñanza tenga cabida.
e. El Estado promoverá y respetará el derecho de la Sociedad y las Familias a que sus hijos reciban una educación acorde con sus creencias en respeto a la Pluralidad y a la Diversidad.
f. Si bien la educación es una responsabilidad eminentemente pública, el Estado promoverá las iniciativas sociales que busquen participar en la formación del profesional humanizado que la sociedad necesita: Con competencias y valores arraigados.
g. El Estado es el garante del acceso universal a la educación, de la adecuada infraestructura y dotación de las escuelas y de la formación de los mejores ciudadanos como docentes bien remunerados. La Familia y la Sociedad orientarán y supervisarán el logro de estas metas.
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